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DOCTORADO EN EDUCACIÓN

Educacion a distancia y formación del Facilitador

Autora: Gladys Guzmán de Hernández
Correo-e: glaguzherz@hotmail.com

La educación a distancia es considerada una modalidad del estudio para aquellas personas con múltiples ocupaciones laborales, distantes de centros educativos donde la posibilidad de un estudio presencial les impide su formación profesional y el alcance de nuevos conocimientos.

En este sentido, durante el tiempo dedicado a la formación de profesionales bajo esta modalidad, he observado que las estrategias utilizadas por los facilitadores muchas veces no llenan las expectativas del participante. En efecto en el ámbito universitario se evidencia el uso de técnicas y métodos propios de la enseñanza presencial en contraposición con el deber ser de este modelo.

Al respecto surge la necesidad de delimitar las características y principios de este tipo de aprendizaje, por cuanto las técnicas presenciales no son las mas adecuadas para dirigir la orientación de las personas en esta situación. Esto se debe a que la separación física del educando y facilitador, dificulta la adaptación del usuario al sistema.

De allí la importancia de revisar en primer lugar el perfil del facilitador, los contenidos curriculares, el ambiente, la evaluación, entre otros.

Con respecto al rol del facilitador este debería poseer una formación andragógica, por cuanto es esta ciencia la que provee de una serie de estrategias, desarrollo de habilidades y destrezas para la atención del adulto en situación de aprendizaje. Es mediante esta modalidad que se establece una relación horizontal entre el facilitador y el alumno, donde cada uno asume su propia responsabilidad y entusiasmo por el estudio, ambos aprenden.

No obstante, observó que una porción de la población de facilitadores muestran una concepción pedagógica en los momentos presenciales lo cual es palpable cuando “hay una simple transmisión de conocimientos y la obtención de respuestas condicionadas”. (Adam 1.977 p. 56).

Por lo tanto, es necesaria la formación del Andragogo, que aplique la didáctica correspondiente en las situaciones presenciales de aprendizaje. Además debería conocer los medios instruccionales propios de la educación a distancia las cuales administrados adecuadamente benefician al estudiante.

Por otro lado el uso de los medios telemáticos para la comunicación interactiva es esencial.

Villaroel (1.995) destaca que el tutor en los programas de Educación a distancia al ser un facilitador del proceso (...) desempeña un doble papel. Por una parte compensa las posibles fallas del material instruccional y por otra parte constituye el enlace entre el alumno y la universidad ( p. 43).

Esta condición es necesaria dentro de la interacción alumno-facilitador por cuanto permite establecer las relaciones humanas necesarias en este tipo de actividad la cual no puede obviarse, ya que es imprescindible la formación ética, los valores, las relaciones interpersonales la comunicación cara a cara y lo mas importante el compartir experiencias significativas.

La relativa experiencia como alumna y profesor, llevan a dar algunas consideraciones las cuales considero importantes.

En primer lugar, la formación del tutor andragogo a través de talleres antes de administrar el currículo. Por cuanto esto requiere de tratamiento especial ya que una de las dificultades a superar en esta administración, es la separación temporal del tutor y el alumno.

En este mismo orden de ideas, el participante deber estar en capacidad de asumir y comprender el compromiso de estudiar, investigar, distribuir su tiempo para capacitarse. Tomar conciencia de su propia responsabilidad ante el mismo y la institución que lo forma “ Es negativo llevar al hombre de la mano y darle respuestas preconcebidas. Lo ideal consiste en crear y estimular la creación del hombre y su crecimiento permanente” (Adam, 1.977 p. 58).

El Andragogo en palabras de Castro P. (1.990) “puede y debe desempeñar varios roles que faciliten las interacciones personales y organice toda la actividad educativa, cuyo principal autor es el participante” (p. 137-138).

En otro orden de ideas la adecuación del medio ambiente donde se producen los encuentros y la forma en que se da la evaluación, son aspectos que deben ser organizados especialmente para alcanzar y satisfacer las expectativas del adulto que aprende y del facilitador como guía del mismo.


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